6.8.06

ENTREVISTA A JORGELINA ARUZZI EN CLARÍN

Entrevista con Jorgelina Aruzzi
Del under a la calle Corrientes

Luego de batallar por el under y papeles de reparto, a los 31 años es la nueva heroína de "Chiquititas".

Fantasía. Lilí es el personaje central de la obra infantil. En la TV, Aruzzi se desdobla.

Hay gracia en la humorada, pero también hay verdad. Cuando Jorgelina Aruzzi y Mariana Briski —su compañera de elenco— preguntan "Ché, ¿hoy quién volantea?", no sólo logran la risa ajena, sino que el chiste revela que no se olvidan de dónde vienen, por más que ya hayan llegado.
Y vaya si la actual heroína de las Chiquititas lo tiene claro, quien después de batallar por los subsuelos del under o las obras a cielo abierto en el Parque Chacabuco, ahora tiene todas las tardes al Gran Rex rendido a sus pies.
De sonrisa blanda y un ilimitado abanico de gestos, Aruzzi toma un café en la serenidad de su camarín, mientras la calle Corrientes está tomada por los niños. Los mismos, u otros, que la ven sobre el escenario y en la tele (Telefé, de lunes a viernes a las 17), como Magalí, como Lilí, como una viejita, como una japonesa, como una caja de sorpresas que a ella misma sacude más que a nadie.
"Es muy interesante el desafío que propone hacer Chiquititas, porque te permite actuar con un sentido lúdico. Te invita a la fantasía y a las emociones más profundas. Cuando empecé —las grabaciones del programa largaron en febrero— sentía una mezcla de miedo y responsabilidad. Y además por todo lo que implica un protagónico... Y no cualquier protagónico, el primero en mi carrera", reconoce la chica, que a los quince años, mientras cursaba el secundario en el Normal 4 de Caballito, se animó a estudiar teatro.
Ese día, quizás, comenzaban a dormirse sus proyectos para ser "maestra de discapacitados o musicoterapeuta". Y ese día, también, nacía el camino que ya le tomó más de media vida.
A los 31, es la protagonista elegida por Cris Morena para el Gran Rex —la obra sigue hasta el domingo 13— y para su clásico de la pantalla chica, que ya va por su octava temporada.
El ciclo la encuentra como una empresaria (Magalí) que sueña con recuperar al hijo que le quitaron recién nacido. Y para estar cerca de un puñado de chicos de un orfanato, se convierte en la dulce Lilí, que tiene toda la alegría y la magia que Magalí esconde: en su rol de cuidadora de los pequeños, sigue sacando conejos de la galera para improvisar diferentes criaturas desopilantes. Y para desplegar las herramientas que afiló en sus dieciséis años de trayectoria.
Claro que no sólo de actuación vivió su juventud. Atrás quedaron sus tiempos de niñera, de moza y de repositora de trapos de piso en los supermercados. "Era la empresa de la familia de una amiga —recuerda la actriz—. Trabajé ahí menos de un año y, el día que me echaron, fui al casting de Videomatch, donde conocí a Eugenia Guerty. Juntas escribimos, dirigimos y montamos Pasado carnal", la obra que, de alguna manera, como entiende ella, "abrió el camino".
De ahí en más llegaron sus trabajos en Chabonas, Peor es nada, La niñera, su destape como comediante en Amor mío —la primera sitcom argentina con Damián de Santo y Romina Yan, en la que componía a la íntima amiga de la protagonista— y su momento de gloria con Chiquititas.

¿Buscabas el protagónico?
En teatro o en cine tal vez sí, pero en televisión no lo esperaba. Cuando Cris me lo anunció, me quedé un rato así, dura, callada, sin saber qué decir.

¿Y qué dijiste?
Que sí, que gracias, que qué miedo. Porque yo parezco muy mandada, pero la verdad es que soy muy insegura. Pero, por suerte, me animé.

Mientras el teatro la muestra haciendo piruetas, bailando y cantando en la piel de Lilí, la pantalla chica la lleva de un personaje a otro, pudiendo desarrollar ahí también lo que fue sembrando en sus tiempos mozos.
"Uno en el off soluciona como puede, porque no te queda otra —explica—. Y eso sirve, porque a veces estás preparando una puesta y decís uy, aquí estaría bueno construir una escalera. Sabés que no podés. Entonces hacés que subís y ahí está el hecho creativo. Cuando trabajás con poco presupuesto manda eso de la imaginación al poder. Y cuando hay presupuesto, ese pensamiento también ayuda".
Así, quien subió la escalera imaginaria del under, siente ahora que, junto a María Carámbula, Alejo García Pinto, Mariana Briski y un movedizo elenco infantil, "estoy como en un viaje de egresados. Alegre".

Fuente: Diario Clarín